
A esta altura Jarkko Nieminen es un tenista conocido dentro del circuito. Supo estar cerca del top ten y ha obtenido alguna que otra buena victoria en su extensa carrera. A fines del 2007, una vez terminada la temporada, el escandinavo se preparaba para una preparación especial de cara al 2008. Luego de posponerlo durante ocho años, se decidió a “cumplir un deber” que tenia con su país, comenzó el servicio militar obligatorio en la Escuela de Deportes del Regimiento Häme en el cuartel área Hennala en Lahti. Un tenista profesional que hasta ese momento llevaba embolsados más de tres millones de dólares, pasó a estar en un cuartel al norte de Finlandia y ganar 100 euros mensuales; pasó de vestir ropa deportiva Asics, la cual lo sponsorea, a usar grandes trajes camuflados.

La pregunta que surge es, casi instintivamente, por qué un país pacífico que no cuenta con conflictos bélicos y es aparentemente estable, es tan estricto en su aspecto militar. Al punto de obligar a un tenista profesional a suspender sus vacaciones para aprender usar un rifle o conocer sobre estrategias militares. Las famosas misiones de paz pueden ser una de las respuestas. Ahora bien, ¿la paz del mundo necesita de Jarkko Nieminen?.
Esta locura militar, es planteada por George Orwell en su obra máxima 1984. En la novela, los tres superestados en los que se divide el mundo se encuentran en guerra permanente, el “histerismo bélico es continuo y universal”.
Toda la población vive con la sensación diaria de que una bomba o un cohete puede caer del cielo y matar a decenas de personas en cuestión de segundos. Sin embargo esta guerra constante no pretende un dominio de un estado sobre otro, ya que es imposible que esto suceda, ni siquiera con combinación de dos de ellos. Se vive en un persistente clima militar, algo parecido a lo que tuvo que vivir Nieminen. Como profesa un principio del Partido: LA GUERRA ES LA PAZ
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