lunes, 8 de noviembre de 2010

La última travesura de Big Mac


Las grandes batallas con Bjorn Börg a fines de los ’70 y principios de los ’80 ya habían pasado. A mediados de esa década del ‘80 el gran rival de John McEnroe era el checo Ivan Lendl. El año 1984 fue sin dudas el más importante en la carrera del estadounidense en materia de resultados. Solo perdió tres partidos, alcanzó la final en los tres Grand Slam que disputó y levantó trece trofeos, entre ellos el Masters, el US Open y Wimbledon. Es sin dudas una de las temporadas más impresionantes de un tenista en la Era Abierta, comparada con algún año de Vilas, Sampras o Federer. Claro, era el indiscutible número uno del mundo.
Previo a la final, solo perdió dos sets y fue en el mismo partido, en la semifinal contra Jimmy Connors. En un partido larguísimo que le llevó casi cuatro horas y que finalizó pasadas las once de la noche del sábado en Nueva York. Derrotó a su compatriota por 6-4, 4-6, 7-5, 4-6 y 6-3 y en la final, quince horas después del desenlace de este partido, lo esperaba su gran rival. En las rondas previas le había ganado a Colin Dowdeswell (GBR), Stefan Edberg (SWE), Kevin Moir (RSA), Bob Green (USA) y Gene Mayer (USA).

Once eran las finales que ya habían disputado Lendl y McEnroe, la más importante había sido ese año en Roland Garros y el checo, que hasta el momento llevaba la mochila de no haber ganado nunca un torneo grande, levantó dos sets y se llevó el título en París. Entonces ese partido fue más que una final, fue una lucha de poder entre dos gigantes. Esa lucha la ganó Big Mac por paliza, le dio una clase de tenis al checo y solo le permitió ganar ocho games, fue 6-3, 6-4 y 6-1. Ese fue el último Grand Slam que ganó el que es para muchos el tenista más talentoso de la historia. Sin embargo, el zurdo siguió dando muestras de su talento unos cuantos años más.

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